martes, 24 de marzo de 2015

LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS, DE JULIO VERNE

A la hora de adentrarme en el tremendo mundo de Verne (que ya creó su propio "universo", con personajes comunes que son mencionados o aparecen en otras novelas) he escogido las aventuras del imperturbable Phileas Fogg, que quiero recordar haber leído ya de pequeño.


Mirando ahora con otros ojos la novela, no me extraña que Farmer escribiera su propia versión -"The Other Log of Phileas Fogg"-, puesto que la descripción que hace Verne de Fogg no puede ser más misteriosa y sugerente: No se sabe de donde viene, no se sabe cómo obtuvo la fortuna que se apuesta...


Y durante el viaje, poco más se nos dice del personaje, por que el verdadero protagonista, el que corre aventuras entre cambio y cambio de modo de desplazamiento es su criado, Passpartout.


Es el quien sufre las repetidas tramas del detective que los persigue por intentar detener su viaje.


Choca también el que Fogg no tenga el más mínimo interés por visitar minimamente las tierras que atraviesa, solo parece preocuparse de cumplir las etapas del viaje.


La cosa termina bien, como sabemos, con Verne destacando que el viaje ha merecido la pena no por la apuesta ganada sino por encontrar el amor de la princesa hindú rescatada de las llamas de su pira funeraria.


Me pregunto cómo tuvo que cambiar la rutinaria vida de Fogg una vez que Aouda entró en ella...

2 comentarios:

OLGERD VLADISLAV dijo...

Hay otro tema:
Aouda , como la mayoría de personajes femeninos de Verne, al parecer fué una imposición del editor.
Así que ¿era la idea original de Verne poner de "protagonista" a un ludopata o era solo un Mcguffin?
Con todo una novela agil y muy anticipadora del genio frances.
Por cierto que tiene usted razón, el protagonista es Picaporte (genial Cantinflas en la versión clásica y con David Niven al lado nada menos)

Álvaro dijo...

indú no existe. O es india, natural de la India, o es Hindú, que profesa la religión de la zona.

Por otra parte, es un gustazo, y en ocasiones una sorpresa, irse al original, a las fuentes, y no dar por supuesto las versiones que hasta el momento hemos visto, bien por tebeos tipo clásicos ilustrados, bien por dibujos animados como Willie Fog o dos películas totalmente contrapuestas. En esto y en otras muchas cosas.