jueves, 8 de enero de 2015

EL HOBBIT: LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS

Tras la funesta experiencia de La Desolación de Smaug, en esta tercera entrega, compuesta -claro- de las resoluciones finales, disfruté la mayor parte de la película, considerando que los aportes de Jackson estaban mucho mejor integrados o más difuminados que en la entrega anterior.


Parecía que al final regresábamos a la trama original y todo se ajustaba al libro.

Parecía, de hecho, que las "morcillas" que Jackson metió para alargar el metraje desaparecían: la trama de la Elfa y Légolas, la reunión de los Enanos, etc...

Parecía...


Comenzando por la escena de la muerte de Smaug, es una en donde más se nota los artificiales intentos por alargar lo que se quiere contar, y algo que se podía mostrar en tres minutos y que básicamente consiste en Bard acertando con su flecha (SU FLECHA, no el pararayos ese...) acaba perdiendo todo el impacto precisamente por alargarlo AD INFINITUM con más y más planos de niños huyendo, de señoras huyendo y de ese personajillo burócrata -que si por poco le roba a Bilbo esta entrega final- huyendo también.

Hubiese sido infinitamente más épico que un personaje predestinado como es Bard símplemente se plantase en medio de la ciudad esperando a Smaug y, apuntando la flecha, se lo cargase al primer disparo, AYUDADO POR LOS RAYOS DE LUNA. Eso o cualquier variante que no dure 20 minutos.


Si había un añadido interesante al libro original era el "oficial", el ataque del Concilio Blanco a Dol Guldur.

Y quizás es esta escena la que mejor demuestra en que consiste el "estilo Jackson", y por qué -independientemente de sus buenas intenciones- nunca entenderá la obra de Tolkien.


El combate mágico y espiritual de los Tres Istari y los Señores Elfos -que no por casualidad son 5, representado las puntas del pentagrama mágico- es mostrado como una escena de videojuego donde Gandalf y Radagast no hacen nada, Saruman solo da bastonazos y Elrond repite sus números de Matrix cambiando a Neo por unos imposibles Nazgul que desde luego NO ESTABAN ALLÍ y solo salieron de Mordor una vez Gollum reveló el paradero del Anillo (creo, cito de memoria).

Lo de los Nazgul podría perdonarse. Pero transformar un exorcismo metafísico en una escena de un videojuego de lucha, eso es imperdonable. Todo coronado por la SINIESTRA transfiguración de Galadriel.

Bastante anticlimático y desaprovechado, cuando podría haber sido el momento para grandes aportes CANÓNICOS y mayor profundidad de mensaje.


Regresando ya la Batalla final, creo que si debemos elogiar la manera en que está coreografiada y narrada, espectacular y e inteligiblemente, con grandes momentos como la llegada del ejército de los Enanos. Le perdonamos a Jackson las criaturas que se inventa por hacer funcionar tan bien lo que en el libro solo son unas pocas páginas.

De hecho, yo me quedé con ganas de ver algo más de Beorn en acción.


Eso si, la parte de los ciudadanos de Esgaroth combatiendo Orcos por las calles de Valle es absolutamente ridícula, no aporta nada en absoluto y da un excesivo protagonismo a ese personaje a lo "Worntongue" que Jackson se saca de la manga. Bardo y sus hijos, sus hijos y Bardo, la Elfa para aquí y para allá, son solo planos que contribuyen a ir mosqueando a cualquiera que conozca la obra original por poco inspirados e irrelevantes, unicamente contribuyen a ALARGAR físicamente el metraje y el cabreo de los fieles.


Destacar quizás la interpretación que Lee Pace hace de Thranduil, quien multiplica su presencia en la cinta y la hace soportable e interesante, sobre todo cuando monta el alce.


Martin Freeman y su trabajo es el otro puntal que salva esta trilogía, y a pesar del restringido papel que le queda a Bilbo en esta parte consigue hacerlo relevante y profundo.


Otro tanto puede decirse de Richard Armitage, cuya interpretación de Thorin y el modo en que es poseído por la Maldición del Oro, para finalmente escapar de ella está muy bien conseguida y dirigida.

Para mi, lo más interesante de la cinta, donde realmente se muestra que el combate ES ESPIRITUAL y se libra en el alma del hombre.


Hasta el punto de la carga de los Enanos estaríamos dispuestos a perdonar todos los pecadillos de mi tocayo. Pero es en este instante cuando la película pierde totalmente el Norte, de manera análoga a como la anterior lo hizo con la risible batalla contra el Dragón en las forjas.


Queda asbolutamente claro que la presencia de Legolas en la cinta es una absoluta carga, no le queda, obviamente nada que hacer más que dar saltitos de un lado a otro. El intento de crear una trama personal sobre la muerte de su madre resulta ridículo y fallido. No entraremos en sus apócrifos encuentros con "Trancos".


Pero si una escena se hace realmente inaguantable es el combate de Thorin y el Orco. La llegada de los Enanos a Ravenhill en cabras montesas y el propio escenario tienen su gracia, lo reconozco, pero el infinito toma y daca entre estos y los orcos es aburrido y previsible, previsible aunque no hayas leído a Tolkien.

¿Qué va a pasar con un villano que PARECE ahogado bajo el hielo...?

Jackson acaba torpedeando su propio trabajo a base de combates de videojuego. El leopardo nunca pierde sus manchas.

O como diría Bilbo, poca mantequilla extendida sobre demasiado pan. Empacha.


Ahora, que dado el éxito comercial y artístico de la trilogía -que supera con mucho a la anterior- uno se echa realmente a temblar ante la inevitable adaptación de El Silmarillion.

Todo se resume en lo que sería el título de la primera cinta: AINULINDALË: PRIMER MOVIMIENTO.

Luego hay otros dos...

8 comentarios:

Bossk dijo...

Por desgracia no erras con la critica, la película me parecio un videojuego(de los malos) y sobraba mucha moralla que desvirtua el libro.

Anónimo dijo...

Ja, ya me preguntaba cuándo vendría tu comentario.

Sí, increible cómo Jackson puede hacer que una batalla de Cinco Ejércitos te resulte aburrida, previsible y hasta cargante.
Nunca pensé ver a la trilogía anterior con nostalgia, pero este Hobbit apócrifo lo ha conseguido. Ese es su mayor logro.

Bueno, por el Silmarilion no creo q debas preocuparte al menos por unos años. Los derechos no están en manos de Warner y recuerdo haber leído que los herederos de Tolkien anunciaron q no los cederían.

Tito

Álvaro dijo...

Al final habrá que hacer una versión especial de El Hobbit para verdaderos aficionados a Tolkien, cortando a mansalva todo lo que se ha usado para hacer crecer la/las películas indebidamente. Posiblemente, en vez de seis horas se quedasen reducidas a dos, pero, oye, seguramente una digna película de dos horas.

Qué forma de inflar una historia indebidamente.

Krueger dijo...

Ni el ébola, ni el sida, ni las verrugas genitales; la plaga de nuestro tiempo es la narración descomprimida. O sea, que Jackson no ha madurado como cineasta y Arda le viene tan grande como cuando rodó La compañía del anillo. ¿Por qué no seguiría rodando películas de miedo?
Bueno, pues consolarse es fácil: basta con ver la adaptación buena, la que hizo George Lucas.

Estoy contigo, Álvaro. Si tuviera un ordenador potente y un programa editor de vídeo, "corregiría" muchas películas que he visto en los últimos años. Por lo pronto, haría que Superman returns empezara con Luthor entrando a la Fortaleza de la Soledad. Y haría lo posible por borrar a Joseph Gordon-Levitt del último Batman.

Pedro, no tenía ni idea de que Thranduil era el mismo actor que Ronan. Esa es otra, ¿por qué Ronan es de tamaño Hulk en los comics? El de la peli luce mucho mejor.

Krueger dijo...

Pedro, se me pasó hacerte una pregunta. Como aficionado a Tolkien, ¿qué opinas de los elfos con espadas curvas? Es que yo me imaginaba las espadas élficas finas y flexibles como las espadas Jian de Tigre y dragón. Dardo y Glamdring son claramente espadas rectas de doble filo.
Y ya que estamos: ¿El Ballrog tiene alas y cola o es tan humanoide como, digamos, un orco? ¿Y los trolls de las cavernas no eran criaturas hechas de roca opuestas a los Ents?

PEDRO ANGOSTO dijo...

Preguntas de nota!

No tengo una especial opinión sobre elfos con espadas curvas.

Hombre, siendo grandes herreros, supongo que las harían de todas las formas posibles.

Las usan así en la peli para incrementar el valor fantástico, supongo.

Y elfos, como sabes, había de muchas clases.

Si, yo creo recordar que los Trolls y los Ents estaban opuestos.

En cuanto al Balrog de "humanoide" tenía más bien poco.

Siendo Maiars corruptos, criaturas angélicas de segundo orden, inferiores a los Valar, lo natural es que tuvieran alas o tuvieran lo que quisieran, puesto que "podían mudar de forma como los humanos de vestido".

PEDRO ANGOSTO dijo...

Vendrían a ser tan mudables como los DJINN musulmanes, los genios (malos) de los cuentos.

Krueger dijo...

Vale, gracias.